- Me gusta mucho besar en los metros
¡y lo he hecho poco!,
Me gusta mucho besar en los metros
-Te dije mordiéndote los labios entre risas-
Me gusta ver a las parejas besarse en el metro,
como adolescentes;
y me gusta poder besarte a ti, tan temprano
- ¿Y que todos nos envidien?- sonríes
y me besas a la vez
- Y que todos nos envidien.
DESPEDIDA A LA FRANCESA
No te vayas
y si te vas llévame contigo.
Que no tengan que rehacer las paredes
de lo que te busqué entre los ladrillos
y aun conserve la mejilla caliente
y tu mirada colgada en las pestañas;
y que te hayas ido.
No te vayas,
quédate a engañarme
de lo que ya estoy engañada.
Yo te hago un esquema
de todos mis besos
te lo cambio por un taxi a tu cama
pero no te vayas.
No me dejes posos de cerveza
y carmín de madrugada,
ganas a contramano
y todas tus ausencias.
No te vayas,
pegadito a tu boca te lo diré muy bajito;
no te vayas
y si te vas llévame contigo.
Demagogia y mas demagogia.
Curiosamente hoy no dice el periódico
sobre ninguna mujer que conocí
pero sí que subieron los precios
pero no los sueldos -nadie se sorprende-,
que volvió a subir el paro
y que viejos presidentes no devolvieron
demasiado dinero.
Que ésta constitución puede aguantar
un poquito más; no estamos para cambios.
Y que volvimos a gastar lo que no teníamos
en algo que no necesitábamos.
Y así sucesivamente.
Si nos ponemos a hablar de obviedades
yo prefiero hablar de tu boca.
Me hubiera ido
si no me hubieran echado antes.
Y mira que me quedaba
tabaco, conversación y copa.
Volver a repetir en la barra del bar
esa vieja charla de que el silencio
es tan importante como las palabras
y tú seguiras sin comprender
que no hablaba de poesía.
Me hubiera ido
si no me hubieran echado antes.
Si me hubieran puesto el último tango
"Adiós, muchachos, compañeros de mi vida"
y despedir la noche a bailes y besos
-¡como dios manda, coño!-
y no ésta agria madera
descompasada en el paladar
de una puerta cerrada.
Me hubiera ido
si no me hubieran echado antes.
-¡que buen epitafio, joder!
Quizá mañana escriba estas palabras
en un blog ausente y resacoso;
con la melancolía de las madrugadas vacías
y la ceniza aún saturando mi boca.
Y tú nunca leerás estos versos
que al final solo hablaban de ti.
Si solo me hubiera ido...
Hay días que me levanto vieja y enferma
y los dolores se me arrastran
desde el ático de la nuca hasta la punta de las botas
y un ser ojeroso se burla en mi espejo
de lo mal que llevo los años y las ganas.
Y es que empiezo a ser vieja para ser joven
a estar demasiado desengañada para encontrar el amor
a estar demasiado quemada para andar defendiendo ideales;
esta treintena raída empieza a hacerme un corte de manga
cuando menos me vengo a dar cuenta.
Hay días que simplemente no me levanto,
que todo cuesta el doble y duele mucho mas
y que la hipocresía la mando a la mierda
y que hasta de mi misma acabo harta
Sintiéndome vieja y enferma, cansada hasta el cansancio
contaminada desde dentro y quebrada desde fuera
saturada de tópicos y de típicos hasta el hiperrealismo,
saciada de estupideces, las primeras, las mías.
“Solo me tomé un par de días” comentaré,
diré a mis amigos cuando vuelva al mundo,
cuando haga de funambulista en mis tacones
y busque el próximo bar y la próxima boca
compartiendo risas y tabaco.
Seré prudente de no decirle a nadie
-a nadie le importa-
“que hay días que los dolores se me arrastran
y me levanto vieja y enferma”.
"Era muy guapo y yo le quise mucho"
Me gusta hablar de ti como si yo fuera
una antigua combatiente de una vieja guerra
y tú
simplemente estuvieras muerto.